En plenos avatares de la Revolución Francesa, la política, la justicia y una sociedad temerosa condenaba a uno de los principales actores de la transformación de su nación a la muerte política y física.
Lejos de aquel París turbulento que se comía a sus propios líderes, en la Argentina de nuestros días, de nuevo la política (al menos un sector), el Poder Judicial y una sociedad aturdida del bombardeo mediático está dispuesta a levantar otra Guillotina. El tribunal inquisidor no puede pedir la muerte física, (aunque lo desea), pero sí la política al ordenar la proscripción.
La sentencia del fiscal ya esta escrita y avalada por la oposición, los factores económicos y los medios privados de comunicación.
Los seguidores y amigos de Danton no supieron o no quisieron romper los nudos del poder y la historia los borró de sus páginas. Igual suerte correrá el peronismo si sigue durmiendo la siesta. Desmovilizado por sus dirigentes y reculando ante una derecha insaciable de soberbia y venganza.
Desde el afer de “Vicentin” la lista de tropiezos, desaciertos y errores políticos ha sido una larga marcha sin banderas sociales, con ausencia de utopías y vacía de alegrías,
El resultado fueron las elecciones de medio término. No leyeron la realidad, no hubo capacidad de crítica del tiempo desaprovechado y se auto convencieron de sus propias justificaciones (pandemia, impacto de la guerra, inflación a escala mundial, etc. etc.). Otro error, fue el silencio de cientos de compañeros que bajo el fetichismo “de no hacerle el juego a la oposición”, optaron por la complicidad de la gestión.
Las elecciones del 2023 están a la vuelta de la esquina. Los “ogros” están dispuesto a quedarse con “el anillo”, vaciar las empresas nacionales y a llevarse todos los recursos naturales de la Argentina. Habrá superávit comercial, cero de déficit fiscal, fiesta para las mineras y ninguna retención al campo ni al complejo sojero, apenas un fuerte achicamiento de la clase media y un recorte a los derechos sociales y laborales de los trabajadores.
Si la dirigencia política y sindical, espera la sentencia para salir a reclamar justicia, llegará tarde como en aquella jornada del 17 de octubre de 1945. Si se levanta la Guillotina no será para una persona, su sombra podrá llegar como en los tiempos del terror francés, a todos los ciudadanos que piensen distinto al poder de su señoria.
No será con mandaderos del FMI, ni con amigos de la embajada la manera de reconstituir el hoy disperso movimiento nacional.
La calle, origen de su nacimiento y escenario de sus principales batallas pacíficas es el único escenario para volver a ser protagonista de la esperanza del pueblo argentino.
Osvaldo Mondelo. Periodista Diplomado.