Hubo un tiempo, en que la relación y los acercamientos con los isleños, avanzaban con fluidez. La guerra de 1982, dio por tierra toda la confianza ganada con una paciencia casi oriental.
Desde fines de los ´60, la vida de los habitantes de las Malvinas podríamos decir era bastante dura y los kelpers sentían cierto abandono por parte de la corona. Sobre esos ejes trabajo la argentina, en atender las necesidades de esa población.
El 15 de febrero de 1971 el rescate de un guardafaros gravemente enfermo por parte de un hidroavión argentino el anfibio “Albatros”, trasladándolo de manera urgente al continente. Este hecho tuvo una gran acogida en la isla y aceleró la preparación del primer vuelo oficial argentino a las islas Malvinas que tendría lugar el 3 de julio.
Ese mismo año llegaron a Puerto Stanley una comisión del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Fuerza Aérea Argentina, acompañado del agregado aeronáutico de la embajada británica y un jefe militar de ingenieros de Inglaterra, que evaluaron la factibilidad de construir una pista de aluminio.
A partir de la experiencia del “Albatros”, comenzaron los servicios regulares con esos aviones anfibios, firmándose un acuerdo el 5 de agosto de 1971.
Posteriormente se concretó la construcción de un aeródromo temporario de aluminio de una extensión de 800 metros. A la que luego agregaron 400 metros más.
Pista inaugurada el 20 de noviembre de 1972, dando comienzo a vuelos regulares de LADE, entre Comodoro Rivadavia y Puerto Stanley. Es importante tener en cuenta que la pista construida por argentina, era de carácter temporario; ya que el gobierno de ocupación debería construir una definitiva en un tiempo aproximado de dos años, con cemento, apto para vuelos de mayor envergadura.
La brecha abierta por LADE, fue diversificando la cooperación, que hacia acercar a los isleños al continente. Se concreto un correo semanal entre Malvinas, Comodoro Rivadavia, Buenos Aires y viceversa.
Se coordinó la asistencia de enfermos graves con el Hospital Alvear, de YPF, en Comodoro Rivadavia.
Las negociaciones entre nuestro país y Gran Bretaña, que derivaron en la Declaración Conjunta del 1° de Julio de 1971 se daba en el marco de la Resolución 2065 de la Asamblea General de la Naciones Unidas, que insta a ambas partes a resolver la disputa sobre las Islas Malvinas. Declaración Conjunta, permitió que el Estado Nacional, mejorara las comunicaciones y servicios en las islas, llegando con un puente aéreo frecuente, a lo que se sumaron, dos maestras de español, la provisión y la distribución de gas licuado y con nafta, a través de Gas del Estado y de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
El combustible hasta ese momento le llegaba del Reino Unido y era caro. Por otra parte los isleños se calefaccionaban en sus hogares con turba que obtenían en la isla.
Es interesante el caso de dos profesoras de idioma español, que van a las Islas bajo contrato, cobrando el salario mitad en libras esterlinas y mitad en pesos argentinos; por su parte el gobierno de ocupación les provee casa, luz, calefacción y transporte.
Gas del Estado, construyo una planta al sur de Puerto Stanley, sobre el perímetro urbano, donde se almacenaban cilindros de gas propano para satisfacer la demanda de los pobladores.
Y la instalación más importante de la argentina en las islas; la planta Antares de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
En cuanto a la comunicación marítima, se concretaron servicios a través de Transportes Navales, con tarifas preferenciales desde Buenos Aires o desde Ushuaia.
Se introdujo en el comercio local, todo tipo de productos nacionales, imponiéndose sobre sus similares locales. Se introdujeron ropas de confección, zapatos, ropa de trabajo, cubiertas para automóviles, repuestos de automotor, artefactos de gas, cámaras fotográficas entre otros productos.
Todos ellos con gran aceptación dentro de la población. Y lo que marco un salto abismal en calidad de vida de los malvinenses fue la provisión quincenal de frutas y verduras frescas.
Todo esto marco un antes y un después dentro de la vida isleña y la relación con el continente argentino.
Recientemente en una entrevista que realizaron desde “Abriendo Surcos”, y que publica la página “Voces y Apuntes”. Cuenta con el valioso testimonio de José Luis Boscardin que relata esa experiencia. Todo lo que significó para ese grupo de argentinos que se establecieron con sus familias, con una misión de acercamiento con los habitantes olvidados por la corona.
Boscardin fue el jefe de la Planta de Combustibles “Antares”, de YPF, cuenta su trabajo y su vida cotidiana entre los años 1974 y 1982, compartimos el enlace de radiocut para que disfruten la nota, como así también el enlace de vocesyapuntes.
https://ar.radiocut.fm/audiocut/ypf-en-malvinas/
Todo el avance logrado en una década, fue borrado en 1982, hoy llevamos cuatro décadas donde parece imposible regresar al punto de partida de esa política de acercamiento iniciada en 1971.
Pero no debemos flaquear en la empresa, se debe seguir con los reclamos ante organismos internacionales, se debe trabajar fuerte y pacientemente en la reconstrucción de esos lazos rotos. Porque más temprano que tarde, en las Malvinas flameara la celeste y blanca.